por Arturo Esquivel Moreno
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10 de diciembre de 2024
La historia del sindicalismo en Argentina es rica y compleja, marcada por diversas etapas de organización, lucha y transformación. Inicios (Finales del siglo XIX - principios del siglo XX) El movimiento sindical en Argentina comenzó a gestarse a finales del siglo XIX, en un contexto de creciente industrialización y llegada masiva de inmigrantes europeos, quienes trajeron consigo ideas anarquistas y socialistas. En 1878 se fundó la primera organización obrera del país, la Unión Tipográfica, que promovía mejoras laborales y salariales. La FORA y la UGT En 1901 se creó la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), de orientación anarquista, que jugó un papel fundamental en la organización de huelgas y reivindicaciones obreras. Paralelamente, en 1903, se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT), de inspiración socialista, aunque tuvo menos influencia que la FORA en sus primeros años. El surgimiento del sindicalismo peronista (Década de 1940) Con la llegada de Juan Domingo Perón al poder en 1946, el sindicalismo argentino experimentó una transformación significativa. Perón, quien había sido Secretario de Trabajo y Previsión, promovió una fuerte alianza con los sindicatos, otorgándoles un rol central en su proyecto político. Bajo su gobierno, se impulsaron numerosas leyes laborales que mejoraron las condiciones de los trabajadores, como la creación del aguinaldo y la institucionalización de la negociación colectiva. Durante esta época, la Confederación General del Trabajo (CGT), fundada en 1930, se consolidó como la principal central sindical del país, apoyando fervientemente al peronismo y convirtiéndose en un actor político de gran relevancia. Golpes de estado y resistencia (1955-1983) El golpe de Estado de 1955 que derrocó a Perón dio inicio a una etapa de persecución y represión del movimiento sindical. No obstante, la CGT mantuvo su influencia y siguió luchando por los derechos de los trabajadores, aunque muchas veces en condiciones adversas y bajo gobiernos militares. Durante la dictadura militar de 1976-1983, el sindicalismo fue duramente reprimido, con numerosos líderes sindicales detenidos, desaparecidos o exiliados. Pese a ello, algunas organizaciones sindicales continuaron operando en la clandestinidad, manteniendo viva la resistencia obrera. Democracia y nuevos desafíos (1983-presente) Con el retorno a la democracia en 1983, el sindicalismo argentino recuperó su capacidad de acción y reorganización. La CGT se dividió en varias ocasiones debido a diferencias internas y políticas, dando lugar a la creación de otras centrales como la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) en 1991. En las últimas décadas, el sindicalismo en Argentina ha enfrentado nuevos desafíos, como la globalización, la flexibilización laboral y la precarización del empleo. Sin embargo, sigue siendo un actor fundamental en la defensa de los derechos laborales y sociales, adaptándose a los cambios y continuando con su tradición de lucha y organización. Conclusión La historia del sindicalismo en Argentina es una crónica de lucha y resiliencia, marcada por su capacidad de adaptación y su papel crucial en la configuración del panorama social y político del país. Desde sus inicios a finales del siglo XIX hasta la actualidad, los sindicatos han sido protagonistas en la defensa de los derechos de los trabajadores y en la construcción de un tejido social más justo y equitativo.